Un Mensaje Navideño del Cardenal

Navidad  de 2023

Estimadas hermanas y hermanos en Cristo:

Al celebrar el nacimiento de Jesús, también celebramos el nacimiento de nuestra esperanza. Cuando vino entre nosotros como uno de nosotros en todas las cosas
menos en el pecado, nos levantó a una vida nueva y transformada. De hecho, nos abrió el camino para participar en la vida misma de Dios. Una de las oraciones de la misa nos da estas palabras:  “…que lleguemos a participar en la divinidad de Cristo, que se humilló a sí
mismo para participar en nuestra humanidad”.

Las dificultades que enfrentamos en nuestra vida personal y nuestro mundo herido no tienen la última palabra. Estamos destinados a más. Estamos destinados a una vida plena y eterna. Oro para que nuestra celebración del nacimiento del Señor nos recuerde la gloria que nos llevará más allá de los desafíos, a veces desafíos verdaderamente importantes que marcan nuestras vidas y nuestro mundo.

También debemos recordar que el Señor no vino entre nosotros solo una vez y hace mucho tiempo. Él continúa caminando con nosotros mientras caminamos unos con otros. Nuestras celebraciones de la Eucaristía nos lo recuerdan. Y él nunca abandonará a su pueblo. Él es ahora y siempre Emmanuel, nuestro Dios con nosotros. Nuestro camino es su camino. Y este año, habiendo celebrado el primero de dos sínodos de la Iglesia, somos especialmente conscientes de que él nos acompaña como nos acompañamos unos a otros.

En esta temporada santa, los invito a orar. Tómense un tiempo, creen un espacio tranquilo, miren al pesebre, lean los evangelios, y permítanse saber que Él está cerca y que Él camina con ustedes. Si lo hacen, les puedo
asegurar que conocerán su paz. Luego, lleven lo que aprendieron de Él a su familia, a su lugar de trabajo, a su comunidad, y al mundo entero.   El don de Jesús, la Palabra de Dios Encarnada, no es algo que podamos retener para nosotros. Estamos llamados y destinados a compartirlo con los demás.

Mientras celebro la Eucaristía, los recordaré y oraré para que tengan un sentido vivo del Señor entre  nosotros, aquel que camina con nosotros y nos atrae hacia la plenitud de su vida.

Sinceramente suyo en Cristo,

Blase Cardinal Cupich

Arzobispo de Chicago